Baja California

Tienen lobos marinos remanso en costa de Baja California

Una cavidad de aproximadamente 30 metros a flor de suelo y del doble en su contacto con el mar en la orilla del Océano Pacífico.

por Notimex

12/08/2017 10:40 / Uniradio Informa / Baja california / Actualizado al 17/02/2023

BAJA CALIFORNIA.- Una cavidad de aproximadamente 30 metros a flor de suelo y del doble en su contacto con el mar en la orilla del Océano Pacífico, ofrece a los lobos marinos un remanso que además sirve como refugio durante su proceso de reproducción.

Se le conoce como “La lobera”, una zona protegida ubicada al sur del poblado de San Quintín, por un camino de terracería que pasa inadvertido para el viajero que transita por la carretera Transpeninsular, pues no existen letreros para su ubicación.

No obstante, quienes se dedican a prestar el servicio de excursiones o aquellos viajeros que se han documentado para pasar por el lugar, no tienen mayores problemas para llegar, pues la covacha se ubica a unos cuatro kilómetros desde la carretera.

Los viajeros tienen que transportarse en un vehículo alto y de preferencia de doble tracción, pues el trayecto por terracería es abrupto, con arroyos durante el invierno y con hoyancos y zanjas generadas por las lluvias que caen entre diciembre y febrero.

La brecha que se sigue es a la altura del kilómetro 47.5 de la carretera Transpeninsular en dirección norte-sur, virando hacia la derecha. Desde que se entronca con la brecha el guía de turistas prepara al viajero para lo que resultará una experiencia única.

De entrada, cuando se llega al lugar, el orificio en la superficie es impresionante, único, y hay que llegar caminando, unos 30 pasos desde el estacionamiento, y ya se puede ir apreciando el hoyanco a flor de tierra, con advertencias para extremar precauciones.

Al llegar a La Lobera, Fernando Cuevas, guía de turistas que en su oferta de viajes contempla el paso por esta reserva ecológica, resalta la importancia para la foca conocida como lobo marino, que durante todo el año utiliza esta cueva como su refugio.

Conforme se avanza desde el estacionamiento, se puede apreciar la boca de la caverna marina, a la cual llegan las aguas del océano Pacífico cuando chocan con la tierra firma y se cuela por un estrecho de unos 12 metros de diámetro.

Desde un mirador hecho a propósito en uno de los puntos de la circunferencia de la cueva, los visitantes pueden apreciar el vaivén de las olas cuando entra en la cueva y baña a los lobos marinos que se encuentran reposando en la arena.

Es como una playa privada para ellos, alejados de los depredadores marinos como el tiburón, pero también de los depredadores terrestres, que por las características propias de la cueva, encuentran mil dificultades para ingresar.

A la par de la entrada de las olas a la cueva, se escucha el ruido que el choque del agua produce y que en cierta manera interrumpe el descanso de los mamíferos marinos.

De acuerdo a Fernando Cuevas, los lobos marinos tienen en la Lobera el lugar ideal para refugiarse durante todo el año y por sus características, parir a sus crías y entrenarlas para cuando tengan que adentrarse a las aguas del océano Pacífico.

Aunque el trayecto desde la carretera Transpeninsular resulta cansado por lo sinuoso del camino de terracería, una vez concluido el viaje, los turistas quedan satisfechos de haber contemplado esa maravilla: un hoyanco que resulta un refugio para las focas.