Baja California

Urge más cooperación ambiental en la región fronteriza Cali-Baja

Vital entender que frontera no es una línea, sino una región que abarca 400 kilómetros de ancho y 3 mil de largo.

20220212164647_17
20220212164647_17

por Uniradio Informa

12/02/2022 16:33 / Uniradio Informa / Baja california / Actualizado al 17/02/2023

- Vital entender que frontera no es una línea, sino una región que abarca 400 kilómetros de ancho y 3 mil de largo.

- Vaquita marina, llantas usadas, calidad del aire, manejo de aguas residuales, son temas que requieren trabajo binacional.

TIJUANA.- La región fronteriza conformada por Baja California y California requiere una mayor cooperación ambiental, una colaboración franca y sincera entre las instancias de gobierno, con claridad en la responsabilidad de cada parte y la que tienen en común al compartir un mismo ecosistema.

Así lo consideró José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), quien indicó que el trabajo binacional debe apostarle a soluciones que estén basadas en la naturaleza, la ciencia y la comunidad, puesto que no hay que olvidar que esta franja fronteriza tiene un solo pueblo originario.

El egresado del Programa de Estudios Avanzados en Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable LEAD-México, del Colegio de México, explicó que la historia comunitaria marca la relación ambiental en la frontera, una comunidad que comparte un ecosistema y que supera con mucho las relaciones formales entre los gobiernos.

Zavala Álvarez destacó que la “frontera ambiental” es un concepto de vanguardia gestado quizá desde Los Acuerdos de La Paz firmados por los presidentes de Estados Unidos y México, Ronald Reagan y Miguel de la Madrid, respectivamente.

Recordó que en los años noventa se creó la Comisión de Cooperación Ecológica Fronteriza (Cocef) y el Banco de Desarrollo de América del Norte (BDAN), definiéndose una franja de 100 kilómetros al norte y 300 kilómetros al sur, a lo largo de los 3 mil kilómetros de la línea divisoria.

“Esta región ha sido una interfase donde ambos gobiernos invierten y consultan con su vecino las obras, la infraestructura verde que impactará del otro lado, respetando las jurisdicciones de cada país, esto fue y es una lectura correcta de las relaciones comunitarias, familiares, sociales, económicas, íntimas y hasta promiscuas”, opinó.

Sostuvo que la frontera no es una simple línea, sino que se trata de 400 kilómetros de ancho y 3 mil de largo, así que no debe quitarse relevancia al concepto de región fronteriza, porque solo así es posible entender que existe un ecosistema compartido, lo cual es una aportación destacada del sector ambiental al concepto de frontera.

El maestro en Bioingeniería enfatizó que entre los principales temas que requieren trabajo binacional está la protección de especies como la vaquita marina, el mantener íntegro el sistema depósito-reembolso para las llantas usadas que cruzan a México, así como mejorar la calidad del aire y el manejo de aguas residuales.

En el caso de las llantas usadas, recalcó que es positivo extender su ciclo de vida, en un concepto de economía circular y de mercado regional binacional, pero esto que soluciona un problema en California no debe ser una pesadilla en Baja California cuando la llanta termine su ciclo de vida útil.

“No deben cruzar huérfanas, sin los 2 ó 3 dólares que pagó quien las compró nuevas en California, esos dólares son un depósito que se reembolsa al reciclarlas; podría tipificarse fraude al consumidor si no se destina ese recurso a su objetivo legal, debe mantenerse íntegro el sistema depósito-reembolso de manera binacional”, explicó.

Añadió que si el sistema depósito-reembolso se mantuviera íntegro, del lado mexicano no habría tiraderos de llantas, sino que “rodarían” a sitios de reciclaje, como pasa con el aluminio, pero hoy quien lleva a reciclar una llanta debe pagar una cuota en vez de cobrar el depósito que le deberían reembolsar.

Recordó que el tema ambiental en la frontera ha sido una historia de amor y desamor, pero también una historia en donde la ley de gravedad se impone y causa que las aguas de ríos o valles drenen hacia el sur o al norte de la frontera, por lo que es más eficaz separar o manejar las aguas residuales en la parte alta de la cuenca.

“En la zona Valle Imperial-Mexicali, el Río Colorado drena al sur y el Río Nuevo al norte, porque la ley de gravedad supera a la geopolítica; el Río Tijuana drena al norte y llega a Imperial Beach; cálculos gruesos de costo-beneficio estiman que se ahorran 10 dólares en la parte baja, por cada dólar invertido en la parte alta”, dijo.

Añadió que es mejor la relación costo-beneficio al retener y manejar las aguas residuales en la parte alta de la cuenca, en vez de esperar y tener que resolver el problema al final del tubo, en la parte baja, pero la cooperación bilateral es obligada.

“Otro tema vital es la calidad del aire, porque se trata de cuencas áreas compartidas en la región Mexicali-Valle Imperial y en la zona San Diego-Tijuana, pero hoy opera de forma deficiente la red de estaciones de monitoreo que instaló en los años noventa la EPA, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos”, agregó.

Se requiere, urgió, vincular los ingresos del Programa de Verificación Vehicular a la mejora y medición de la calidad de aire en el lado mexicano; es triste y doloroso ver que no se ha consolidado un programa de verificación ambiental al sur de la frontera y esto se agrava hoy con la regularización de los llamados autos “chocolate”.

Esos autos, añadió, difícilmente cumplirán con la Norma Oficial Mexicana 041 de máximos permisibles de contaminantes, así que convendría relanzar el uso de gas natural en el transporte público, para bajar presión a las tarifas y contaminar mucho menos, armonizar estrategias permitiría mejorar la calidad del aire en ambos lados.

José Carmelo Zavala aclaró que los autos usados y el comercio de segunda mano en general son un aspecto virtuoso que ha caracterizado siempre a esta frontera y hay que facilitarlo, con orden, pero promoverlo como una estrategia de economía circular, porque los llamados “segunderos” prestan un valioso servicio ambiental.

Respecto al tratamiento de lodos residuales, se refirió a los de la planta internacional ampliada, indicando que hoy el manejo es realmente irregular, por lo que convendría un manejo integral para elaborar composta o biodigestores que produzcan metano.

“El agua residual tratada en la planta internacional, más aún ahora que se ha ampliado, tiene posibilidades de reuso en Valle de Guadalupe, considerando su gigantesco volumen para reuso urbano y utilizando las obras paralelas construidas cuando no se podía descargar en el lado norte”, complementó.

Debemos, finalizó, garantizar la protección de la vaquita marina, porque en el marco del nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, nuestro país está expuesto a posibles sanciones al incumplir su propia legislación nacional ambiental en este caso, como también lo está en temas como aguas residuales, calidad del aire y muchos más.

Temas relacionados Cali-Baja cooperación