Baja California

VIDEO: Niños migran por temor a ser reclutados por criminales: experta

Eunice Rendón, doctora por el Instituto de Estudios Políticos de París y experta en prevención, migración y seguridad, durante entrevista.

por Uniradio Informa

25/04/2021 09:36 / Uniradio Informa / Baja california / Actualizado al 17/02/2023

TIJUANA.- Es la inseguridad, el temor a ser reclutados por grupos criminales como los Mara Salvatrucha, una organización internacional de pandillas cuyas actividades incluyen la violación, narcotráfico, extorsión, contrabando de armas, secuestro, robo y asesinatos por encargo, lo que hace que niños y jóvenes centroamericanos migren, explicó Eunice Rendón, doctora por el Instituto de Estudios Políticos de París y experta en prevención, migración y seguridad, durante entrevista en Noticias 7 AM.

 

Indicó que es tanto el temor que sienten los menores que optan por dejar sus países, a pesar de que ello podría implicar perder la vida, pues por su perfil corren el riesgo de tener accidentes o de sufrir diferentes violaciones a sus derechos.

 

Reiteró que es sin duda alguna la inseguridad, uno de los principales factores que ha empujado la migración en los últimos 10 años, por ello, las autoridades deben de generar estrategias de seguridad integrales para evitar "más carne de cañón", ya que los grupos delictivos siguen buscando reclutar a niños cada vez más pequeños, a menores de edad, a adolescentes, a jóvenes por su vulnerabilidad.

 

Continuó que aunado al factor de la inseguridad, está el cambio climático y la insuficiencia alimentaria " en los últimos años han sido niños guatemaltecos los que han emigrado de su país por falta de comida".

 

Para finalizar con la entrevista en Noticias 7 AM, la experta pidió a la población fronteriza ser más empáticos con las personas migrantes "es importante ponernos en sus zapatos", a las autoridades priorizar el tema de la niñez migrante y a México tomar acciones contundentes de la mano con otros gobiernos centroamericanos, así como velar por el bien de los mexicanos en Estados Unidos.

 

Aquí la entrevista en Noticias 7 AM con Eunice Rendón, doctora por el Instituto de Estudios Políticos de París y experta en prevención, migración y seguridad.

 

 

 

La entrevista completa con Eunice Rendón, doctora por el Instituto de Estudios Políticos de París y experta en prevención, migración y seguridad, la puede ver o escuchar en nuestros Podcasts:

 

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Los focos rojos de la migración

 

Eunice Rendón / Nexos

 

En las últimas semanas el tema migratorio ha sido motivo de primeras planas y agenda, tanto en Estados Unidos como en México y Centroamérica. A pesar de que a los mandatarios de estos países les gustaría centrarse en otros temas, la realidad migratoria los alcanza.

 

Según datos de la patrulla fronteriza, detuvieron 74 000 migrantes en enero, poco más de 100 000 en febrero y 171 000 durante marzo; de ellos, el 11 % eran menores de edad. Se trata de una crisis humanitaria y dolorosa que desafortunadamente no es nueva.

 

Hace algunos días el presidente Biden criticó duramente al gobierno mexicano, argumentando que se negaba a admitir a las familias centroamericanas que Estados Unidos deporta. Varias precisiones que hacer. Lo que están haciendo no es una deportación, ya que ésta supondría el retorno de los migrantes a sus países de origen, no a México. A través del Título 42 —activado en marzo de 2020 con el pretexto de la pandemia— retornan diariamente a cientos de centroamericanos por Ciudad Juárez y Tijuana.

 

Se trata en su mayoría de familias que lograron cruzar la frontera y fueron detenidas en territorio estadunidense e incluso llevadas a centros de detención migratoria en ese país. Arrojarlos en territorio mexicano vulnera sus derechos, pues les impide solicitar el asilo, viola el debido proceso y no permite que sus casos sean analizados en alguna de las 56 cortes de migración de ese país.

 

Tanto Biden como Harris subrayaron lo violatorio de los derechos humanos y principios internacionales del programa Permanece en México, instaurado por Trump para que todos los solicitantes de asilo en su país esperaran su proceso del lado mexicano.

 

Prometieron darle fin, cosa que están cumpliendo. Sin embargo, pareciera que sustituyeron dicho programa por la  implementación masiva del Título 42, lo cual podría resultar más dañino para los migrantes y para el Estado Mexicano.

 

A diferencia del último año de Trump, Biden ha decidido aceptar a los menores no acompañados. Durante el primer trimestre de 2021 han llegado 30 000. Desde 2014 hasta la fecha, más de 400 000 niños han viajado sin la compañía de un adulto con la esperanza de ingresar a Estados Unidos.

 

Los albergues están a tope y existe la promesa de construir algunos nuevos al tiempo de mejorar la política en torno a esta población. Jill Biden y Alejandro Mayorkas encabezan el grupo de reunificación familiar y atención a estos menores. Del lado mexicano también se ha incrementado la llegada de estos pequeños.

 

México y Estados Unidos coinciden en ir a las causas de la migración; sin embargo, la multicausalidad del fenómeno hace que sea una tarea compleja y de largo alcance. 46 % de los menores que han llegado sin compañía a Estados Unidos en lo que va de 2021 provienen de Guatemala debido, principalmente, a la insuficiencia alimentaria y al cambio climático.

 

La crisis ocasionada por los huracanes Iota y Eta, de la mano con las consecuencias económico-sociales de la pandemia, también obligan a miles de familias de la región a emprender el viacrucis migratorio. La violencia y el riesgo a morir están, igualmente, entre los principales motivos para migrar.

 

La cifra de mexicanos migrantes aumentó. Cerca de 40 000 connacionales han sido detenidos por la patrulla fronteriza desde mediados de 2020 a la fecha, casi el triple de lo que vimos en los últimos años. De continuar con esta tendencia, 2021 sería el año de mayor flujo en la última década.

 

Por otro lado, la violencia homicida y las amenazas de grupos del crimen organizado fueron los principales argumentos aceptados por Estados Unidos para la concesión de 4 361 visas de asilo en el último año.

 

La política migratoria en Estados Unidos ha convertido a México en un país de destino para miles de migrantes que antes transitaban por nuestro territorio.

 

Según datos de Segob, pasamos de tener poco más de 2 000 solicitudes de refugio en 2014, a cerrar 2019 con más de 70 000 y, tan solo en lo que va del primer trimestre de 2021, cerca de 22 000. Sin embargo, el presupuesto para esta política sigue siendo prácticamente el mismo desde hace una década.

 

Atender los focos rojos del fenómeno migrante requiere priorizar a la niñez migrante en la atención y compromiso humanitario internacional.

 

Requiere que Estados Unidos deje de usar a nuestro país como depósito migrante sin brindar apoyo.

 

Requiere también trabajar en las causas de fondo de la migración en Centroamérica y en México con un enfoque especial en la violencia.

 

Y, sobre todo, requiere de liderazgo por parte de nuestro país en la región y presupuestos y acciones a la altura de las promesas humanistas de ambos gobiernos.

 

Eunice Rendón: Infancia migrante

 

En los últimos meses los niños no acompañados han estado al centro de la agenda migrante. Huyendo de la violencia, con la esperanza de una mejor vida, en búsqueda de reunirse con familiares y engañados por traficantes, emprenden el viaje. Desafortunadamente el fenómeno no es nuevo. En la región de las Américas, de 2014 a la fecha, cerca de 400 mil menores sin compañía de un adulto han intentado llegar a Estados Unidos. Siendo 2014 y 2019, con cerca de 60 mil y 70 mil respectivamente, los años de mayor afluencia. Biden reabrió la frontera para este sector poblacional al que Trump había impedido ingresar desde marzo 2020. Tan solo en el primer trimestre del 2021, cerca de 35 mil niños cruzaron la frontera. Según datos del Departamento de Salud de Estados Unidos, tienen entre 12 y 17 años, provienen principalmente de Honduras, El Salvador y Guatemala y el 68% son hombres. Asimismo, del lado mexicano de la frontera se ha agotado el espacio en albergues por el aumento en el número de familias y niños migrantes.

 

Según datos de la ONU, 14.6% de los migrantes en el mundo son niños y cerca del 45% de los movimientos de migración forzada y de asilo corresponde a menores de 18 años. Los factores de empuje y movilidad de este grupo etario responden a una violenta realidad. En los últimos diez años, más de dos millones de niños han muerto en conflictos armados, seis millones sufren de alguna morbilidad ocasionada por la violencia, más de un millón son huérfanos y cerca de 400 mil se han convertido en soldados o esclavos sexuales.

 

El camino es arriesgado. Están sujetos a sufrir accidentes, explotación sexual o laboral, maltrato institucional e incluso la muerte. Además, su perfil resulta especialmente atractivo para algunas tareas del crimen organizado. Tal es el caso de los menores de circuito, reclutados para traficar personas y sustancias a Estados Unidos, ya que por su edad no pueden ser retenidos por las autoridades de seguridad y son devueltos una y otra vez a México.

 

Las recientes reformas a la Ley de Migración y la Ley sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político, entradas en vigor el 11 de enero del 2021, prohíben la detención de niños, niñas y adolescentes, solos o acompañados, por parte del Instituto Nacional de Migración. Si bien esto es una buena noticia y un avance importante para México, ha generado un vacío en la protección de estos menores y de núcleos familiares, quienes están siendo atendidos de modo emergente por la sociedad civil y gobiernos locales. El Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, quien tiene la facultad y la responsabilidad de velar por esta población, ha brillado por su ausencia. Lo anterior, con la agravante de que desde el pasado 11 de marzo, cientos de familias migrantes centroamericanas son retornadas diariamente a Ciudad Juárez y a Tijuana por el gobierno de Estados Unidos bajo el Título 42.

 

La atención de la infancia migrante debe ocupar el más alto nivel de compromiso en la agenda humanitaria internacional. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) puede asistir en el fortalecimiento de modelos de cuidado alternativo, como albergues de puertas abiertas, acogimiento familiar y departamentos especializados. Estados Unidos, al ser el principal receptor de esta población, puede ayudar mejorando la atención en su territorio y contribuir de manera inmediata con México mediante la Agencia para el Desarrollo y a través de los recursos aprobados bajo el pilar 4 de la Iniciativa Mérida, destinado a la construcción de comunidades fuertes y resilientes. México, por su parte, requiere mayor presupuesto, apoyo interinstitucional y la coordinación efectiva de los tres órdenes de gobierno para responder al reto que tenemos enfrente.

 

Los derechos de las niñas, niños y adolescentes en movilidad deben protegerse en todo lugar y en todo momento.