Cruz Azul vive un infierno

TOLUCA, Méx.,  (EL UNIVERSAL).-  Cruz Azul no pudo dar la cara por su director técnico, y con Maximiliano Araujo y Sebastián Saucedo como verdugos, sucumbió (3-1) ante el calor del infierno de los Diablos Rojos del Toluca, para quemar quizá la última oportunidad de Raúl Gutiérrez en su banquillo.

Aunque el "Potro" negó que le hayan dado un ultimátum, queda en el aire si llegará a dirigir el próximo juego de los azules, que será hasta el siguiente viernes contra el Puebla, al postergarse su partido de media semana contra el Atlas. 

A los cementeros poco les funcionó salir agresivos y con el control de balón desde el silbatazo inicial, al de nueva cuenta pecar de falta de contundencia frente al arco rival.

Oportunidades se le presentaron a los celestes frente al arco de Tiago Volpi, pero la desesperación que se percibía en la banca se trasladó al campo.

Aun así, Cruz Azul logró ponerse al frente, después de una jugada por velocidad que fue correctamente definida por Carlos Rotondi, quien ante la salida del guardameta escarlata definió por encima (27'). La anotación cementera dio esperanza para sus fanáticos, que alentaron con fuerza en las tribunas, pero callaron minutos después con el gol del empate pingo. El encargado de igualar el marcador y encender el infierno fue Maximiliano Araujo, quien con un potente disparo y un rozón defensivo regresó a los Diablos Rojos al juego (31').

En la segunda parte, la localía pesó e Ignacio Ambriz mandó todo su arsenal ofensivo, teniendo resultados de inmediato que preocuparon al experimentado José de Jesús Corona.

Los Diablos volvieron a causar daño gracias a una grave falla de Ramiro Funes Mori, además de una combinación en el área cementera, que dejó en total libertad a Maximiliano Araujo para que sin guardameta empujara el balón a las redes (54').

Con la ventaja en el marcador Toluca no dudó en buscar ampliarlo, objetivo que se concretaría tras un gran disparo de Sebastián Saucedo que dejó parado a José de Jesús Corona (87').  

La anotación además de sellar el resultado y permitir celebrar a su afición su 106 aniversario, hundió a Cruz Azul en el fondo de la clasificación, y dejó en el aire el futuro del "Potro".