Sin problemas, app de reparto provee bebidas alcohólicas a menores

Por Mónica Miranda

Hermosillo.- La hora marcada en la aplicación para que el conductor de Rappi llegara con la cerveza era a las 2:13 de la tarde. El pedido llegó puntual, la motocicleta se estacionó por la calle Morelia, en el corazón del Centro de la ciudad, a unos metros de la preparatoria donde algunos alumnos salían de clases.

Osiel, el joven de 16 años, atento en su celular del trayecto que llevaba en el mapa su pedido, ubicó de inmediato la llegada del chofer y cruzó la calle para recoger su producto y hacer el pago en efectivo.

Sin mayor complicación, el conductor Rappi sacó la bolsa y la entregó, solicitándole al estudiante únicamente una firma en la plataforma móvil y la fecha y hora en que recibió su encargo.

Ahí, junto a sus amigos también menores de edad, planearon una pequeña reunión después de sus clases, en la que tomarían bebidas alcohólicas compradas a través de la aplicación móvil sin solicitud de credencial del INE u algún otro documento que garantizara la mayoría de edad de los jóvenes.

Esta es la nueva modalidad en Hermosillo para que menores de edad puedan comprar alcohol sin necesidad de pedirle el favor a un adulto por fuera de alguna tienda de conveniencia como tradicionalmente se hacía.

"Está bien 'chilo' porque es algo bien, ya no tienes que ir al expendio a decir que te hagan el paro, ya nada más lo pides por ahí, no te piden nada, la verdad es que es muy fácil", confesó.

A través de Rappi, menores de 18 años pueden encargar alcohol, comprado y entregado por el conductor de dicha aplicación, quien posteriormente recibe el dinero de la mercancía, lo que resulta sumamente sencillo para los jóvenes, pues según comentaron, su única inconveniencia es el tiempo que tarda en llegar el pedido que es de aproximadamente media hora.

“En fines de semana o saliendo de aquí de la escuela, el Parque Madero, una caguama, yo qué sé, todos los días, cualquier día, el conductor nada más te pide el monto que es y ya”, dijo.

En caso de que el chofer Rappi les llegue a pedir la credencial, los jóvenes responden que la olvidaron o extraviaron y al no haber insistencia se quedan con las bebidas alcohólicas.

“Yo me hago tonto como que no la traigo y le digo que se me olvidó”, indicó.