MÉXICO.- El factor saludable del agua caliente se conoce desde tiempos prehistóricos; ahora, diferentes estudios médicos avalan científicamente este conocimiento que tenían los antiguos. Darse un baño caliente ayuda a mitigar los dolores a las personas mayores (o no de tan avanzada edad); mejora el sistema inmunitario del organismo; favorece la higiene de la persona; ayuda a no padecer algún tipo de depresión y, obviamente, relaja el organismo y sin ningún tipo de efecto secundario. Estos y otros muchos beneficios están a la mano de cualquier persona y los elementos básicos para calentar el agua pueden encontrarse en la tienda de Avera.

Las excavaciones arqueológicas realizadas sobre restos de civilizaciones romanas ya lo dejaban evidente: darse un baño caliente en las termas era tan saludable como un privilegio a la altura de unos pocos. Actualmente, ese aspecto saludable sigue de manifiesto, pero ya no estamos ante un privilegio, sino que cualquiera está en disposición de darse un baño en agua caliente, o, como alternativa, de introducirse en una sauna. Los efectos beneficiosos para el organismo son numerosos. Si optamos por hacerlo en casa, deberemos contar con boilers de paso económicos en Avera.

Una vez que contamos con los aparatos necesarios para calentar el agua, el resto es sencillo: disfrutar de un momento de relajación y apropiarse de todos los beneficios dejando trabajar a las proteínas (que producen de las células) encargadas de los cambios térmicos de temperatura del organismo. La misma lectura puede realizarse para esos baños fríos que se aplican en otras sociedades. Este respaldo médico se certifica en que estos contrastes de temperatura corporal se incluyen en diferentes tratamientos médicos. Si necesidad de acudir al doctor, todos podemos hacerlo en nuestras casas.

Beneficios cardiovasculares

Los beneficios de un baño caliente van más allá de los comentarios saludables anteriores. Diferentes estudios médicos, como el realizado en la Universidad de Loughborough indicaba que estas proteínas generaban otra serie de efectos beneficiosos para el organismo, incluso a la altura de un ejercicio físico intenso. Siempre y cuando la duración del baño caliente fuera alrededor de una hora y con una temperatura media del agua sobre los 40 grados (siempre hay que ser vigilantes con esta temperatura  no vayamos a ocasionarnos una quemadura), el organismo veía mejorada los dolores causantes de algún tipo de inflamación crónica; se mejoraban los niveles de insulina en el cuerpo, el porcentaje de azúcar en el cuerpo humano y el gasto energético también era considerable, incluso comparable a una hora de duración de ejercicio físico (en cuanto al consumo de calorías), aunque en ningún caso, estos baños calientes deben reemplazar los otros beneficios que se generan en el organismo al realizar algún tipo de actividad deportiva.

Asimismo, darse un baño caliente ayuda a controlar de manera precisa la presión arterial del organismo, con el consiguiente beneficio directo de padecer algún tipo de enfermedad cardiovascular. Obviamente, las arterias también funcionaban de manera más fluida, evitando cualquier tipo de obstrucción, escenario siempre peligroso. La mayoría de los estudios médicos también revelan que darse un agradable baño caliente ayudaba a la generación de un ambiente de relax, lo que favorecía la generación del efecto sueño, por lo que esto sería una terapia óptima para aquellas personas que sufren de insomnio.

Refuerzo del sistema inmunológico

Otros estudios, concretamente el publicado en la prestigiosa revista médica 'Journal of Applied Physiology', indican que este tipo de baños calientes, o incluso con una temperatura media, favorece a estimular un cambio en el desarrollo del metabolismo, impulsado la pérdida de peso, aunque, en dicho estudio médico, se sugiere que esta terapia debe complementarse con el ejercicio físico y con una dieta igualmente saludable. Asimismo, aquellas personas que se dediquen a alguna actividad física (y también enfocado para el resto de los mortales) deben incluir este tipo de tratamientos con baños calientes y fríos como terapia de recuperación muscular tras la realización de algún tipo de actividad de alto nivel físico.

En definitiva, un baño caliente, a cualquier hora del día (aunque más enfocado a final del día después de la actividad del mismo) cuenta con un coste relativamente barato, sin contraproducentes efectos secundarios conocidos (más allá de controlar el tiempo de permanencia en la sauna o la temperatura del agua) y con innumerables beneficios saludables, siempre y cuando se combinen con otra serie de hábitos saludables (referidos al ejercicio físico y una buena alimentación saludable), lo que repercutirá positivamente en el organismo, manteniéndolo joven, activo y fuerte ante la posible presencia de cualquier virus. Porque, como decíamos al comienzo, el sistema inmunológico también se ve reforzado con un aumento de los glóbulos blancos. De esta manera, también evitamos tener que someternos a otra serie de tratamientos médicos donde podrían darse algún tipo de efecto secundario. Digamos que un baño caliente es una medicina preventiva, saludable y a disposición de todos.