Laboratorio de Inteligencia Forense permite a FGJE esclarecer delitos

Por Mónica Miranda

Hermosillo.- El arma del presunto homicida había sido disparada más de una vez, pues las huellas de balística analizadas en los casquillos coincidían con los recolectados hace un par de semanas en otra escena violenta, lo que confirmó a los peritos que dicha pistola se utilizó para consumar otros crímenes.

El resultado de las muestras del cuerpo analizadas en el laboratorio de genética, después de dos semanas del hecho, dieron positivo al perfil genético de la persona que hace un tiempo familiares habían reportado como desaparecido.

El estado de putrefacción del cuerpo localizado en un terreno a la salida Norte de Hermosillo no permitía la identificación de la víctima, por lo que sus muestras fueron analizadas en el laboratorio.

Los indicios biológicos recabados en el lugar de intervención determinaron, luego de las pruebas en el equipo infrarrojo, que la sustancia hallada cerca del cuerpo era metanfetamina.

Dichas pruebas permitieron a los peritos del Laboratorio de Inteligencia Científica Forense, que se dedican a realizar análisis de balística, criminología, química y genética de la Fiscalía General de Justicia en Sonora, enviar los elementos suficientes al Ministerio Público asignado al caso para el posterior dictamen de la investigación.

En un recorrido por las instalaciones del laboratorio, se pudo constatar el proceso que se lleva a cabo en la parte científica para esclarecer un delito.

Alejandra Antelo Figueroa, perito encargada del área de genética, explicó que este laboratorio se encarga de procesar las muestras de cuerpos no identificados o no reclamados por familiares como dentadura, huesos, restos, cabellos, semen o sangre, de los cuales se obtiene un perfil genético que va directamente a la base de datos de la Fiscalía.

“Pueden ser osamentas, cuerpos en estados de descomposición cuya identificación no es posible a simple vista y hay que hacer un perfil genético, compararlo con los familiares para ver si realmente corresponde a la persona que ellos desean identificar”, contó.

En el área de Química Genética, Luz María Enríquez Laguna evaluó un polvo blanco encontrado en la escena del crimen con un espectrofotómetro que determinó que se trataba de "cristal".

Es el principal uso que le estamos dando, el identificar pastillas, polvos, si son metanfetaminas, cocaína, etcétera, que normalmente son indicios o muestras que levantamos cuando estamos en el campo de intervención", dijo,

Las botellas, latas, recipientes y cualquier artículo con superficie plana se estudian en el área de criminalística, indicó el perito Diego Alberto González, en cámaras de cianoacrilato en las que se relevan las huellas dactilares de las personas que pudieron estar en el lugar del crimen.

"Estos indicios ya fueron procesados, aquí se pueden ver las huellas que se encontraron en la botella, hay unas que están borrosas o pastosas pero otras sí nos funcionan y con estas huellas se hace el levantamiento para posteriormente ingresar al sistema de reconocimiento para saber la identidad de la persona", contó.

Las armas decomisadas por los oficiales también son enviadas para su estudio al área de balística del laboratorio científico, detalló el perito Martín López Corral, en él se evalúa si la pistola está cargada, y recuperar el casquillo de la misma, posteriormente se analiza la muestra con una técnica microscópica que permite saber si esa arma ya había sido utilizada en otro delito.

“Este es de 2018 y este es de 2019, aquí tenemos que este casquillo tiene las mismas características pero que fueron percutidos en diferentes fechas”, indicó.

Este Laboratorio de Inteligencia Científica Forense es único en todo el País y requirió de 60 millones de pesos y los peritos fueron capacitados por expertos en la materia de Austria, Washington y Japón.