Detectan problemas de salud mental en jóvenes del CBTIS

Por: Octavio Fabela

TIJUANA.- El Hospital de Salud Mental aplico 797 pruebas entre alumnos de primer semestre en el CBTIS 116, aunque fueron pocos los casos considerados de alto riesgo, existen dos factores comunes entre esos muchachos, algunos tienen familias disfuncionales y en otros sus padres se preocupan más por proveer que por atender, explicó la directora de la institución María Concepción Amézquita Rubio.

En entrevista, la también egresada de la primera generación de la escuela que ahora dirige, detalló que los alumnos que fueron detectados con problemas emocionales graves son canalizados al hospital de Salud Mental que los atiende con una cuota preferencial, o bien pueden buscar la ayuda mediante los servicios que ofrece su afiliación como estudiantes en el Instituto Mexicano del Seguro Social.

“El Centro de Salud Mental nos da precios preferenciales, pero si el padre no tiene el recurso, los jóvenes tienen seguro social que les da el gobierno federal, entonces pueden ir a clínica y canalizarlo al psicólogo del seguro social y ahí no hay un costo para ellos”, comentó.

Detalló que los padres de los alumnos, al recibir los resultados de la evaluación de sus hijos tienen un primer impulso de negar los problemas, pero en todos los casos han terminado por aceptar que necesitan ayuda profesional, en algunos, el origen es que se trata de familias disfuncionales o en otras ocasiones los núcleos funcionan bien, pero los jefes se dedican más a solo proveer que en atender a sus hijos.

“Los papás, a veces, no sabemos qué tanto daño les hacemos, porque hoy en día hay mucha familia disfuncional, obviamente hay muchas familias integradas también. Es tanto el proveer que descuidamos, a veces, la calidad de atención al joven”, expresó.

Reconoció, además, que los estudiantes de ahora invierten demasiado tiempo en las redes sociales, eso provoca que lleguen a la escuela desvelados y en algunos casos también mal alimentados, por lo que es necesaria la intervención de los padres, ya que también la tecnología ha provocado que los jóvenes pretendan evadir el esfuerzo y obtener resultados fáciles sin mucha dedicación.