Urge uso eficiente para evitar que agua limite desarrollo en BC: CIGA

-Se requieren más fuentes de abasto y tecnología para corregir fugas.

-Falso dilema, que uso urbano y agrícola compitan por agua.

TIJUANA.- El agua se está convirtiendo en una limitante para el desarrollo de Baja California, por lo que urge lograr un uso más eficiente, con otras fuentes de abasto, incluido el reúso, además de corregir las fugas por las que hoy se pierde un metro cúbico por segundo en el transporte de agua desde Mexicali hasta Tijuana.

Así lo remarcó el ingeniero José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), afirmando que un metro cúbico no vale igual en el Valle de Mexicali que en Tijuana, porque se transportó desde La Rumorosa a un kilómetro de altura, pero de 5 metros cúbicos por segundo que se bombean a la costa se pierde uno en Tijuana.

Recordó que ante la frágil y crítica la dependencia del acueducto del Río Colorado para el abasto de agua en toda la zona costa, Baja California requiere usar eficientemente este recurso natural, promover su reúso y reparar las fugas con las que la red de Tijuana pierde el 25 por ciento del agua que se bombea desde La Rumorosa.

“Si se considera el reúso como fuente alterna, adquirirá en automático otra prioridad; además, si corregir pérdidas por fugas nos proporciona un metro cúbico por segundo ¿acaso no se justificaría invertir y buscar la mejor tecnología para detectar y corregir fugas de forma expedita?”, cuestionó el también vicepresidente de Gestión Ambiental en la Cámara Nacional de Comercio de Tijuana.

El maestro en bioingeniería agregó que es un falso dilema el que la ciudad y la agricultura deban disputarse el uso del agua, porque el uso agrícola busca producir alimentos para los seres humanos o para animales que finalmente serán alimento de humanos, mientras que el agua para la industria está encaminado a fabricar productos también para los humanos.

Parece lejano, explicó el ambientalista, cuando los asentamientos humanos buscaban estar cerca de ríos, lagos o el mismo océano; quizá como los teléfonos de hoy, aquéllas eran comunidades inteligentes, pero hoy hacemos transferencia de agua entre Cuencas del Río Colorado al Río Tijuana y nos parece tan normal, siendo que es un esfuerzo descomunal.

“¿Hasta cuándo?, ¿hasta dónde?, ¿quién pone los límites?, cuáles son los límites del desarrollo, cuál es la capacidad de carga del ecosistema antes del punto de quiebre, del no retorno, del colapso; estamos estirando la liga con trucos tecnológicos y es válido, pero una cosa es clara: los recursos tendrán su propio agotamiento, no hay crecimiento eterno”, dijo.

En lo que eso sucede, opinó, las tensiones internas crecen, el agua en Mexicali para agricultura o industria es un conflicto político socio-ambiental con muchos matices; mientras tanto, en la costa del Pacífico, sin ver el derroche interno en las ciudades, se reclama la prioridad legal del uso, primero urbano que agrícola, acusando al campo por sistemas de riego obsoletos, una falacia legal para institucionalizar un dilema falso, no para resolverlo.

“Desde luego que el agua transportada de Mexicali a Tijuana tiene otro valor, cómo explicar el desprecio reflejado en el manejo actual; sí, desde luego que el riego agrícola tiene tarea pendiente para su mejora tecnológica, tal vez la visión ambiental pueda ayudar a corregir la miopía si finalmente podemos ver y entender con claridad el ecosistema completo, hasta entonces tomaremos mejores decisiones”, destacó.

Al ser un solo ecosistema, las cuencas hidrológicas obligan a colaboraciones que superan las divisiones políticas entre naciones, estados o municipios, dijo Zavala Álvarez, egresado del Colegio de México, donde cursó el Programa LEAD para líderes con un conocimiento profundo de las metas del desarrollo sustentable y los retos ambientales.

Algunos casos locales son el Río Colorado y el Río Tijuana, la cuasi pacífica y ordenada relación entre Estados Unidos y México, reflejada en un acuerdo, minutas y una entidad binacional, la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), ése es un formato que nacionalmente no existe, consideró José Carmelo Zavala.

“En otra escala, hay diferencias entre Nuevo Laredo y Tamaulipas; Guanajuato y Querétaro; Hermosillo y Ciudad Obregón; Mexicali, Tijuana y Ensenada, o entre el campo contra la ciudad; se dice uso urbano o doméstico contra uso agrícola, como si la producción agrícola no fuera también para consumo humano, falta una visión integral del ecosistema”, opinó.

Que el agua es vida es una obviedad, la cruel realidad nos despierta con un balde de agua fría, los conflictos futuros por el agua son inminentes, dicen los tristes pesimistas de memoria corta, porque los pleitos por agua son ya parte de la historia pasada y vivida en el presente, aunque con diferente intensidad claro, concluyó el director del CIGA.