Tijuana

VIDEO: Cuando Bonilla insulta, se describe a sí mismo: Veloz

Jaime Bonilla, el Preso número 13380 del Penal de Tijuana.

por Uniradio Informa

25/09/2020 12:52 / Uniradio Informa / Tijuana / Actualizado al 17/02/2023

TIJUANA.- Luego que el gobernador de Baja California, Jaime Bonilla Valdez, insultara al excandidato por el PRD al gobierno estatal, Jaime Martínez Veloz, llamándolo "lamebotas", durante entrevista en Noticias 7AM, admitió que en primera instancia intentó responder a la grosería.

 

"Estuve pensando en responder ese tipo de insultos, pero llegué a una conclusión, cuando una persona insulta de esa naturaleza, lo único que hace es autodescribirse, insultarse a sí mismo", explicó el excandidato.

 

Veloz refirió que el gobernador Bonilla se ha dedicado a pelear no sólo con funcionarios locales, también con federales, incluso de otros países.

 

"Se pelea con el alcalde de Tijuana, con la alcaldesa de Tecate, con el alcalde de Imperial Beach, con todos los funcionarios del Gobierno Federal, con los miembros de su propio partido, o sea Bonilla es el único político en Baja que está peleado con todos los partidos incluyendo el suyo", sostuvo.

 

Martínez Veloz aseguró que lo que actualmente está sucediendo en Baja California es muy grave, porque el gobernador con su actuar, está impidiendo el desarrollo de la sociedad y las actividades de las instituciones.

 

Continuó que los únicos "lamebotas" son los que están al servicio del gobernador Bonilla "no son capaz de decirle que así no se deben de hacer las cosas", sin embargo, no todos, agregó están a sus caprichos.

 

"Pensó que era Dios, que era fácil torcerle la mano a los ministros de este país, para hacer fraude a la constitución", en su intento por gobernar 5 años y no 2.

 

 

Jaime Bonilla, el Preso número 13380 del Penal de Tijuana

 

Por Jaime Martínez Veloz

 

“Que me cuentas a mí que se tu historia”

Juan Gabriel “Filósofo Popular”

 

Durante las últimas semanas Jaime Bonilla, el en mala hora hoy gobernador de Baja California, intensificó sus pleitos contra todos aquellos que considera sus enemigos. Pero se puso a “tirar en redondo”, al pelear con todo mundo, sin importarle partido, clase social o nacionalidad tengan sus “adversarios”.

 

Se ha peleado con los representantes de los partidos de oposición, con la alcaldesa de Tecate, con el alcalde de Tijuana, también con el alcalde de Imperial Beach del Condado de San Diego, con la mayoría de los secretarios del gabinete de López Obrador, con las direcciones nacional y estatal de su partido, con el ex gobernador José Guadalupe Osuna Millán, con el teniente coronel Julián Leyzaola, e incluso con quien esto escribe, o sea yo.

 

Bonilla anda como cazador de tlacuaches desvelado porque “le tira a todo lo que se mueve”.

En su estrategia de “Jaime Bonilla contra todos”, el elemento distintivo es el insulto para encubrir su ignorancia, y una mezcla de rabia y falta de argumentos.

 

Critica la vida de los demás como si la suya fuera una existencia ejemplar, en una combinación de cinismo, hipocresía y esquizofrenia, todo junto.

 

Al empezar esta misiva había pensado, contestar la serie de leperadas con las cuales Bonilla se expresó de mi persona, pero llegué a la conclusión de que cuando Bonilla me insulta, en realidad se insulta a sí mismo, porque de lo que me acusa es de aquello de lo que a él le sobra. Quiso hacer mi retrato, pero le salió su autobiografía.

 

El patrón de acusaciones que utiliza el “gobernador” al juzgar a los demás, no define a las personas agredidas sino define quién es Jaime Bonilla en realidad. Así que con su pan se lo coma.

 

Mas bien yo le diría a “Narciso Bonilla” que el tiempo que utiliza para mirar y juzgar mi vida, debería usarlo para arreglar la suya. Que cuando me critique procure que su vida no esté peor que la mía.

Con todo el poder con que se ostenta, y la actitud pendenciera que asume, Bonilla trae detrás de sí una vida plagada de mentiras, excesos, falsedades, engaños, negocios turbios, vínculos con integrantes de la delincuencia organizada, entre muchas otras “cualidades”.

 

En términos electorales, Bonilla, en la calle y sin la figura de Andrés Manuel López Obrador que lo respalde, es un cero a la izquierda. Aprovechó la cercanía que hasta hace unos meses tuvo con el presidente de la República, para ocultar su pasado lleno de pasajes oscuros, convivencias con delincuentes y negocios turbios que, en otras condiciones, por mucho menos que eso, le hubieran impedido no sólo el triunfo electoral, sino incluso hasta su propio registro como candidato.

 

A pesar de que nuestra ley lo prohíbe, él sigue siendo ciudadano norteamericano. Fue miembro del Partido Republicano, el de Donald Trump, y se ostenta como ingeniero industrial egresado de la UNAM, siendo que en esta institución educativa, no aparece registrado como alumno, y la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha informado que ni el título ni la cédula profesional que Bonilla dice tener, aparecen registrados en dicha dependencia.

 

Lo que sí tiene y aparece en el respectivo archivo, es la ficha número 13380, con su foto de frente y de perfil, de cuando estuvo preso en la penitenciaría de Tijuana por defraudador. Cuando se publicó la nota en el semanario “Alarma” de fecha primero de septiembre de 1982, aparecía acusado como “defraudador prófugo”.

 

Ese antecedente penal le impedía cumplir con los requisitos a que obliga la ley para registrarse como candidato a cualquier cargo de elección popular.

 

Este personaje es el que al amparo, de lo que hoy llaman la Cuarta Transformación, llegó como gobernante y ha generado una ruptura del Estado de derecho.

 

Bonilla ha transgredido las leyes mexicanas: fue señalado por el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación como el creador de una confabulación para cometerle un fraude a la propia Constitución. Ha violentado las normas federales y estatales y ha tenido un comportamiento despótico para amplios sectores de la sociedad bajacaliforniana.

 

Bonilla cree que con lo que cuenta en sus “mañaneritas” cada día, puede “dormir” a la gente, pero ya la población tiene claro que sólo la unidad, la organización y el trabajo en conjunto, nos puede permitir construir un mejor futuro para las actuales y las nuevas generaciones de bajacalifornianos. Y para botar a Bonilla y a su partido mucho por allá lejos. Su veneno se le va a regresar.