Juicio al Diablo: ¿Paranormal o lógica?

Por Thalía Ballesteros

Estos días se estrenó en Netflix un documental que relata una historia de terror que ha cuestionado la existencia de lo paranormal para muchos de nosotros. En este contexto, queda claro que un guion debe ser cautivador y ligeramente exagerado para captar el interés del espectador.

El documental gira en torno al inquietante caso de Arne Cheyenne Johnson, conocido como 'El diablo me obligó a hacerlo'. Este caso marcó un hito, ya que fue la primera y única vez que la defensa logró demostrar la inocencia de un acusado de asesinato basándose en la posesión demoniaca. En 1981, Johnson cometió un asesinato atroz y, en su juicio, alegó no recordar nada, argumentando su abogado la posesión satánica como explicación. El caso adquirió gran notoriedad nacional y despertó una fascinación en la audiencia estadounidense.

El documental recopila grabaciones reales y testimonios de primera mano de personas cercanas a los eventos que llevaron al brutal crimen y al posterior juicio. La narrativa comienza explorando el testimonio del niño que presenció el terror, así como del asesino bajo posesión y de los hermanos del primero, quienes comparten sus experiencias relacionadas con estos eventos. Se entrelazan diversas grabaciones capturadas por los supuestos demonólogos Ed y Lorraine Warren.

Lo interesante de la propuesta del director es la presentación de distintas versiones de los hechos a través de los ojos y recuerdos de cada miembro de la familia de manera separada. El documental se inicia generando terror e intriga, dejando en la mente la idea de lo sobrenatural y cómo se abordaba en el pasado, cuando las pruebas no eran tan accesibles como lo son en la actualidad.

A medida que avanza, el relato cuestiona la lógica de los acontecimientos, lo que desencadena reflexiones sobre la influencia de factores externos y sugestiones familiares en la creación de una atmósfera de paranoia colectiva. A pesar de algunos detalles que parecen carecer de explicación, el documental deja abierta la interpretación de cada espectador sobre los sucesos presentados.

Si bien los Warren habían tenido éxito en casos paranormales anteriores, aquí se plantea la posibilidad de que se hayan beneficiado de la repercusión mediática de este caso en particular. El director del documental, Holt, se abstiene de tomar partido y simplemente presenta los hechos, dejando la interpretación final al espectador.

En una conversación con una amiga que cree en lo paranormal, me compartió una frase relevante: "Los escépticos siempre buscarán explicaciones lógicas para cosas que carecen de ella". El documental, de manera imparcial, invita al público a formar su propio juicio. Por todo esto, le doy al documental 4 Thalíestrellas.

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