Comercio y medio ambiente, caras de una sola moneda en Norteamérica

-El T-MEC brinda nuevas oportunidades y condiciones para el desarrollo sustentable

-Ambientalmente, la frontera es una región con un ecosistema compartido 

TIJUANA.- Comercio y medio ambiente son dos caras de una sola moneda, dos variables que deben armonizarse, más aún en esta frontera, que comparte un ecosistema, una región en donde el reciente Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá trae nuevas oportunidades para el desarrollo sustentable.

Así lo consideró el ingeniero José Carmelo Zavala Álvarez, titular de la Subsecretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) de Baja California, quien destacó que en el nuevo tratado de libre comercio, conocido como T-MEC, el tema ambiental ya no es un acuerdo paralelo, como en el tratado firmado en 1994, sino que ahora es un capítulo. 

“Hay un capítulo de Medio Ambiente integrado al acuerdo comercial, eso tiene implicaciones jurídicas diferentes; hoy el incumplimiento de las legislaciones ambientales de un país podrá llegar a paneles de controversias del T-MEC y derivar en sanciones económicas vinculantes, serias, jurídicamente obligatorias, ya estamos en otro escenario”, explicó.

En entrevista para el Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), Zavala Álvarez dijo que hoy los tres órdenes de gobierno mexicanos deberán estar más atentos y corregir los incumplimientos a las legislaciones ambientales como, por ejemplo, en materia de calidad del aire, dado que México y Estados Unidos comparten una misma cuenca aérea.

“Del lado americano hay smog check y de nuestro lado no; nuestras estaciones de calidad del aire no son suficientes y no miden suficiente, debemos cumplir las normas ambientales, tener un programa de verificación vehicular, evitar los escurrimientos de aguas residuales del Valle de Mexicali a Salton Sea, o de la Cuenca del Río Tijuana a Valle Imperial”, precisó. 

Remarcó que otro caso son las llantas usadas que se importan de California a México, pero cruzan huérfanas, sin el impuesto que ya se pagó del otro lado al comprarlas, siendo que en un mercado regional como este deberían cruzar acompañadas de ese recurso, que se pagó por adelantado para garantizar el posterior acopio y disposición final de la llanta. 

Recordó que el gobierno del estado promueve como nunca antes el tránsito a una economía circular en la que se amplíe el ciclo de vida de los productos, mediante procesos como el reúso, la remanufactura y el reciclaje, entre otros, y además afina detalles, con apoyo del Congreso Estatal, a un proyecto de Ley de Economía Circular para Baja California.

El titular de la SDS, una de las subsecretarías de la Secretaría de Economía Sustentable y Turismo (SEST), dijo que si las llantas continúan cruzando sin el recurso etiquetado para su acopio y reciclaje, no solo México seguirá siendo perjudicado, sino que California no estaría cumpliendo cabalmente con su legislación ambiental. 

“Dentro de una economía circular, estamos de acuerdo en que las llantas usadas tengan un ciclo de vida ampliado en condiciones de uso diferentes; si una llanta apenas tiene 2/32 de huella puede ser peligrosa a 70 millas por hora en las carreteras de alta velocidad de California, pero en San Quintín a 10 millas por hora no significa ningún riesgo”, ejemplificó.

Un criterio similar, añadió, puede aplicarse al comercio de yonkes, carros usados y carros para desmantelamiento, porque con estos nuevos mecanismos para que se cumplan las legislaciones vecinales, no se trata de poner a México en el banquillo de los acusados, sino que el comercio regional de segunda mano sea mejor ordenado, regulado y compensado.

José Carmelo Zavala destacó algunos aspectos expuestos en el Seminario Permanente de Desarrollo Sustentable, un evento semanal que la SEST transmite a través de sus redes sociales cada jueves por la tarde, y en el que el pasado 11 de marzo se trató el tema “T-MEC y las oportunidades para el desarrollo sostenible”.

El expositor fue Francisco Fernández Rodríguez, presidente de la organización Nodo de Innovación y quien ha participado en la negociación de diversos tratados comerciales, tales como el T-MEC, en el cual colaboró en las mesas de PYMES, Medio Ambiente, Mejora Regulatoria, Obstáculos al Comercio y en el enfoque de derechos humanos.  

Él nos presentó, recordó Zavala Álvarez, algunas áreas preocupantes y de oportunidad, tales como la calidad del aire, el manejo de residuos, la basura marina, la biodiversidad, la economía circular y el manejo de residuos de importación o exportación, temas que seguro serán los pilares del plan estratégico de la Comisión de Cooperación Ambiental (CCA).

“Destacó que una de las oportunidades de desarrollo sostenible serán las inversiones estratégicas en infraestructura, dado que el Banco de Desarrollo de América del Norte (BDAN) se va a capitalizar con 3 mil millones de dólares de cada país, por lo que habrá que esperar bajo qué reglas y enfoques se utiliza esa bolsa de 9 mil millones de dólares”, dijo.

Sin embargo, otras de las oportunidades de desarrollo sostenible expuestas por Fernández Rodríguez fueron, por citar algunas: nuevos negocios verdes, investigación regional, especies migratorias, biodiversidad, cambio climático, transición energética, manejo integral de residuos y el  combate al comercio ilegal de recursos naturales y especies.  

En el seminario, Fernández Rodríguez dijo que el T-MEC brinda una agenda ambiental con 5 grandes áreas y 27 puntos de cooperación, por lo que ofrece un modelo de gobernanza ambiental que se fundamenta en el cumplimiento de la ley federal de cada país, así como en la reducción de la contaminación para bajar las emisiones y generar economías resilientes.  

El expositor añadió que las otras tres áreas son: conservación y protección de la biodiversidad, que posibilitará mayor cooperación en materia científica y de política pública; gestión y manejo sustentable de los recursos naturales y, la promoción del crecimiento verde, que incluye a las energías renovables y la mitigación del cambio climático.

“En el manejo sustentable de los recursos naturales entran la pesca, el petróleo, el gas, el uso de la agricultura, de los recursos forestales, ya con un manejo de sistema de gestión ambiental que dimensiona los impactos, las externalidades, que entra a un marco regulatorio, a reglas y a certificaciones para el comercio internacional”, abundó.