Buscadora atesora recuerdos de seres queridos en ositos de prendas

Por Mónica Miranda

Sonora.-    El recuerdo del ser querido que ya no está, es atesorado en muñecos de tela, que Beatriz Jacobo Pérez elabora con prendas de vestir de la persona ausente, lo que representa un símbolo de paz y amor para las familias que sufrieron una pérdida.

Beatriz forma parte del colectivo Buscadoras por la Paz. Comenzó a confeccionar ositos el 2 de febrero de 2021, fecha de cumpleaños de su hijo José Ángel López, quien desapareció el 18 de julio de 2019, cuando salió de su casa a visitar a unos amigos y no volvieron a saber de él.

“En eso recordé que tenía una camisa que a mí me gustaba mucho de él y visualicé el mono con esa camisa. Cuando fui a buscar resulta que yo había regalado ropa de él porque yo decía, cuando él regrese le voy a comprar todo nuevo. Y, para mi sorpresa, la camisa no estaba, la había regalado y me dolió el alma, me dolió el corazón, lloré mucho… Pero dentro de las prendas que guardé estaba un chaleco que a él le gustaba mucho”, recordó.

Dándole forma al recuerdo

La idea surgió de un modelo que la madre buscadora encontró en Facebook. Decidió darle forma al recuerdo de su hijo en un muñeco que la acompañará el resto de su vida.

Fueron 20 horas las que le llevó a Beatriz terminar la fabricación del oso con un chaleco tipo militar de su hijo para, después, publicar su creación en su página de Facebook.

Incrédula, vio la reacción de sus amistades en la red social, quienes comenzaron a pedirle más ositos con ropa de familiares desaparecidos o que fallecieron por causas de salud.

“Imagino que las personas que me han recomendado es porque les ha gustado mi trabajo. No me dedico al cien a este trabajo, lo hago en mis ratos libres nada más, empezó como para desestresarme, me ayuda mucho y cuando inicio a cortar no quiero parar hasta que lo termine al cien”, relató.

A la fecha, ha creado 20 ositos para distintas familias, incluso de otras partes fuera de Hermosillo, como Cajeme y Estados Unidos.

Un ritual de paz

Beatriz contó que realiza un ritual. Cada que confecciona un muñeco, revisa la prenda de la persona difunta, menciona su nombre y pide que proporcione paz a la familia.

“Por ejemplo, el de él, que es este, yo lo tengo en mi cama, bueno en la cama que iba a ser de él, yo duermo en la cama que iba a ser de él, duermo en su cuarto y ahí lo tengo a mi lado”, explicó.

La madre buscadora recordó que, después de dos años dos meses, localizó a su hijo al exhumar sus restos de la fosa común, donde permaneció por un año hasta que integrantes del colectivo le avisaron que podría estar no identificado dentro de los cuerpos que se localizan y son depositados en ese lugar.