Día Mundial del Sueño: ¿por qué es importante dormir?

Por Gustavo Moreno

Sonora.-    El descanso es fundamental para el funcionamiento de todo el organismo humano, por lo que especialistas aconsejan no solo ocho horas de sueño cada noche, sino buscar una mejor continuidad y profundidad a la hora de dormir.

Al respecto, José Luis Garibaldi Zamora, titular de la Dirección General de Salud Mental y Adicciones, recordó que este 18 de marzo se celebra el Día Mundial del Sueño, propuesto como tal por la Asociación Mundial de la Medicina del Sueño desde el año 2008.

De tal manera, este 2023 el lema es "El Sueño es Esencial para la Salud", pues la falta de un buen descanso puede deteriorar, a mediano o largo plazo, el bienestar general de las personas.

"Existe evidencia de que no tener buenos hábitos al dormir, deteriora el estado emocional y funcional de la persona, porque empieza a provocar que las personas amanezcan con mal humor, disminución de la memoria, del enfoque, tienen más predisposición para infecciones recurrentes porque se afecte el sistema inmunológico, inclusive también para alergias", explicó.

Además, la falta de sueño también deriva en problemas como el sobrepeso, dado que para generar energía existe una tendencia a consumir más carbohidratos, lo que acarrea un círculo vicioso para la persona.

Debido a esta serie de cambios psicoemocionales, la persona se predispone a presentar episodios depresivos, trastornos de ansiedad, diabetes, hipertensión, así como enfermedades en el sistema inmunológico, endocrino y cardiovascular.

"Es muy necesario cumplir con un proceso de sueño de calidad, porque tenemos que recordar que la función de dormir es precisamente restaurar el sistema de funcionalidad de las neuronas, esto también permite la conservación y ahorro de energía, y al mismo tiempo favorece la adecuación tanto del metabolismo hormonal como el sistema inmunológico y esto redunda, evidentemente, de manera significativa en el estado de salud de las personas".

Por ello, el médico recordó que hay tres reglas elementales para una buena calidad del sueño, como la duración, profundidad y continuidad. En ese sentido, la duración puede variar de 10 a 12 horas diarias en niños, de entre 8 y 9 horas en adolescentes, así como entre 7 y 8 horas diarias para adultos.

En tanto a la continuidad, la persona debe dormir de manera corrida, es decir, que su sueño no se vea interrumpido a lo largo de la noche, por lo que existe un problema a considerar cuando es difícil volver a conciliar el sueño. 

Mientras tanto, la profundidad se relaciona con la calidad del sueño, es decir, cuando existen pesadillas, cuando no se recuerdan los sueños, o incluso si hay sensación de sueños intensos, esto puede indicar que no se entró en una etapa profunda del sueño, fundamental para sentirse bien al día siguiente.