Los hombres y el consumo de drogas

Por: Mtro. Hernán Partida Ramírez*

A propósito del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico de Drogas, declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1987 para conmemorarse cada 26 de junio; así como la reciente creación de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (CONASAMA); fusionando la Comisión Nacional contra las Adicciones, los Servicios de Atención Psiquiátrica y Secretariado Técnico del Consejo Nacional de Salud Mental a través del decreto presidencial del pasado 29 de mayo de 2023.

Lo anterior, cobra especial importancia pues con la creación de dicha comisión en el país se pretende que se integre un modelo comunitario de salud mental y adicciones, enfocado en la atención primaria en salud y respeto de los derechos humanos. En particular, pretende hacer eficiente la prevención, el control y atención de la salud mental y adicciones en los mexicanos, con base a un modelo comunitario de atención primaria que promueva los derechos humanos, interculturalidad y la perspectiva de género.

Ahora, de acuerdo con Penal Reform International y el Thailand Institute of Justice (2022), existen 11.5 millones de personas privadas de la libertad en el mundo por la comisión de algún delito; de las cuales, el casi el 95% son población varonil, que, si bien han sido recluidos por diversos delitos, se ha identificado que hasta un 83% de las personas que se han encontrado en reclusión a nivel global han cometido delitos relacionados a drogas, además se ha identificado consumo de drogas al interior de las prisiones, principalmente marihuana y heroína.

En México, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017 (ENCODAT), 16.2% de la población masculina admite al consumo de cualquier droga alguna vez en la vida frente al 4.8% en mujeres. El Observatorio Mexicano de Salud Mental y Consumo de Sustancias Psicoactivas identificó dentro de sus servicios una necesidad mayor de atención entre la población varonil en 2020, principalmente por el consumo de estimulantes anfetamínicos; también, en una encuesta nacional sobre salud mental y consumo de drogas por este mismo organismo en 2020, identificó la presencia de sentimientos negativos como estrés, preocupación, ansiedad y angustia entre los encuestados, así como el consumo de Alcohol (39.7%), tabaco (31.2%) y Marihuana (20.2%) en los hombres; aunque hay que enfatizar, que en el resto de las drogas consultadas los varones puntuaron más alto en porcentaje frente a las mujeres. 

En particular en Baja California, la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017, muestra una demanda de tratamiento por drogas de casi 4 veces más en el número de hombres frente a las mujeres en el consumo de alcohol, pero muestra hasta casi 7 veces mayor la demanda de tratamiento por metanfetamina y hasta 12 veces mayor la demanda cuando se trata de alucinógenos. La atención en centros residenciales para la rehabilitación de adicciones mostró un 67.8% de internamiento en los hombres, aunque en el 16.9% de los centros mixtos fue mayor el ingreso de varones.   

Como se puede observar, existe una tendencia en los hombres al consumo de drogas, incluso superando al sexo femenino en algunos consumos problemáticos de drogas. Además, se observa una clara manifestación numérica en los problemas físicos, psicológicos y sociales que producen entre la población masculina; como los problemas legales, deterioro corporal y estados emocionales adversos, así como violencia hacía sí y otros que termina por agraviar a la comunidad. Sin embargo, en comparación con las mujeres, los hombres siguen iniciando tempranamente en edad en el consumo del alcohol y otras drogas, responden con menos eficacia a los tratamientos de adicciones, con menor adherencia al tratamiento y pueden tener un pronóstico negativo, las cantidades de droga consumida puede ser mayores en los hombres, y lamentablemente, podrían recibir frecuentemente reconocimiento social ante la tolerancia al consumo o mayor ingesta de la sustancia por parte de otros hombres o incluso mujeres con las que conviven. 

Finalmente, el consumo problemático de drogas es un fenómeno complejo que requiere la atención e investigación desde diversas ciencias y profesiones; la propuesta está en considerar no sólo los métodos clínicos acostumbrados para la prevención, rehabilitación y la reinserción social del consumo de drogas, sino el considerar la influencia que tiene la interacción social y los aspectos culturales que intervienen en la conformación de la masculinidad y las implicaciones que tienen sobre el uso, abuso y dependencia de sustancias. Además, es de celebrar que la comunidad se vea involucrada en el establecimiento de acciones y medidas para propiciar una participación activa que contravenga la ignorancia del tema y la estigmatización, para dar paso a la empatía y acompañamiento de las personas con abuso de sustancias de manera acertada, efectiva y humana. 

* El Maestro es Profesor de Tiempo Completo de la Escuela de Psicología, CETYS Universidad Campus Tijuana.