Columnas

Repuntes en la construcción 2023

La industria de la construcción tiene efectos multiplicadores en 40 ramas de la actividad económica a lo largo y ancho del país.
Hombre en obra de construcción Archivo

Por Germán Lohr Granich

Nada mal resulta escuchar acerca del mejor desempeño de la economía mexicana para el presente año acompañado del crecimiento en la pro cíclica industria de la construcción.

Industria prolífica que tiene efectos multiplicadores en 40 ramas de la actividad económica a lo largo y ancho del país, ahora por cierto más notoria, en el sur, sureste con las renombradas obras publicas emblemáticas de la 4T.

Sin embargo, lo cierto es que se están ajustando al alza las proyecciones económicas con inflación a la baja, dos buenas noticias ni dudarlo ya que son ajustes, los del PIB, que oscilan entre el 2.7 y 3.5%.

Dichas alzas se atribuyen como debe de ser al mejor comportamiento del sector externo con nuestros principales socios comerciales, Estados Unidos y Canadá, sin dejar de lado el repunte de remesas e inversión extranjera directa.

Ya para este primer semestre del año, alcanzamos dentro del T-MEC una participación cercana al 16%en el mercado estadounidense superando a Canadá y China, lo que refuerza nuestras expectativas a futuro.

Esta mejora macroeconómica se ve reflejada en la actividad creciente de la Industria de la Construcción que ya presenta mejores números que en el 2020 durante la pandemia de COVID-19.

A estas fechas se observa un mayor dinamismo en la ingeniería civil, particularmente, en obra pública de infraestructura y en naves industriales por el Nearshoring lo que viene a impulsar nuestra inversión fija bruta

Un crecimiento pro cíclico para el semestre conlleva a una mejor perspectiva de cierre para el presente año, lo que hay que apreciar como es debido y sin contaminarlo con la creciente actividad política que traemos.

Ojalá más pronto que después, el Banco de México empiece a ajustar a la baja su tasa de referencia cuyo interés parece ser que ya cumplió en gran parte su objetivo de reducir la inflación, al menos le falta muy poco.

No tengo duda que una baja en tasas podrá ayudar al crecimiento de la vivienda, otro motor de esta industria, desde la popular a la media y residencial, sin descuidar proyectos verticales que poco a poco se dejan ver por estos lares.

Este tipo de proyectos verticales apoyan de manera directa y positiva nuestro entorno urbano, sea con un mejor uso de la infraestructura o la movilidad vehicular, cuestiones de gran ayuda en nuestras ciudades medias.

Pero bueno, esperemos que este repunte en la construcción no sea una sola golondrina del verano, ya que se advierte un menor dinamismo en el renglón de la manufactura, dado que de 21 sectores que la integran el INEGI detectó que 13 traen actividad a la baja.

Este menor dinamismo se debe en parte a la menor demanda externa al cierre del segundo semestre del año, y al aumento de los costos de la energía en un ambiente de bajo crecimiento mundial.

Acá viene a cuento el refrán aquel de que a veces el pato nada y hay veces que ni agua bebe, pues los altos y bajos movimientos económicos y financieros están por todas partes y en todos lados y no es privativo de México.

Más ahora que vamos a un cierre sexenal hay que estar alertas sobre todo en cuestiones en materia del comportamiento del PIB, la inflación, el tipo de cambio, la tasa de interés y la generación de empleo.

Cuidemos pues el ambiente económico- léase 4T-, para no caer en las renombradas crisis de fin de sexenio de otras épocas no tan lejanas.

HE DIXI.