Un bárbaro en París

Manuel Valenzuela V.

La editorial Alfaguara publicó recientemente, febrero de 2023, la nueva obra literaria del premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa intitulada "Un bárbaro en París". En esta ocasión no se trata de una novela sino de una colección de ensayos escritos por el autor entre 1972 y 2022, referidos todos a la literatura francesa y a algunos de sus máximos exponentes. Con esta obra, la editorial celebra la entrada del Nobel peruano en la Academia Francesa de las letras. 

Vargas Llosa, además de ser uno de los principales exponentes de la literatura latinoamericana, es un brillante - y polémico- analista político, a la vez que un defensor permanente de la libertad como valor supremo de la humanidad. De acuerdo con lo que el mismo autor expresa en varios de estos ensayos, mucha de esta convicción la aprendió, y se la debe, a los pensadores franceses a los que admira y respeta.

"La literatura francesa fue la mejor y sigue siéndolo. La más osada, la más libre, (...) la que se insubordina a la actualidad, la que administra los sueños de los seres vivos" esta aseveración del autor se destaca en la contraportada del libro y en ella muestra el autor la admiración y reconocimiento que tuvo y tiene por la literatura del país galo. 

Para lectores tan limitados y poco conocedores de la literatura francesa, como es el caso de un servidor, la lectura de este libro resulta sumamente útil y aleccionadora. A través de él podemos hacer un recorrido breve, pero sustancioso, sobre la obra de autores tan importantes como: Víctor Hugo, Moliere, Flora Tristán, Gustave Flaubert, André Breton, Jean Paul Sartre, Albert Camus, André Malraux, Raymond Aron, Simone de Beauvoir, entre otros. Por ello, resulta ser una especie de banquete literario que, a través de la visión de Vargas Llosa, nos permite acercarnos a las obras de estos autores y nos motiva a conocerlas. 

Muchos son los aspectos que valdría la pena comentar en esta reseña, pero diré algo sobre cuatro personajes a cuya obra Vargas Llosa se refiere con amplitud: Gustave Flaubert, Jean Paul Sartre, Albert Camus y Jean François Revel.

De Flaubert, a quien llama su gran maestro, dice que fue quizá el escritor más importante del siglo XIX europeo y reconoce que fue el que más influyó en él para ser el escritor que es. Las obras de las que más habla son Madame Bovary y La Educación Sentimental. Destaca los grandes aportes que hizo a la novela moderna la que, en cierto sentido nace con él. En particular se refiere a la invención del personaje del narrador anónimo que -como Dios- está en todo lugar, pero nadie lo puede ver, estableciendo con él uno de los pilares de la novela de nuestros días.

Con Sartre y Camus revive principalmente sus acuerdos iniciales sobre el compromiso de los intelectuales con la transformación de la sociedad, hasta sus grandes desacuerdos en torno a temas tan candentes en su tiempo como los valores de la libertad y la justicia, lo mismo que sobre los campos de concentración de la URSS en tiempos del estalinismo. 

Es especialmente crítico con Sartre por su defensa, abierta o velada, del estalinismo y por no defender con suficiente fuerza las conquistas civilizatorias como la libertad individual en todas sus expresiones y frente a cualquiera de los bandos protagonistas de la Guerra Fría. De Camus reconoce la justeza de sus juicios al defender siempre esos valores, aunque fuera criticado tanto por tirios como por troyanos alineados a cualquiera de los bandos en puga. Fue con Camus con quien terminó finalmente identificado el nobel peruano.

Finalmente, de Jean François Revel, señala que una de las grandes aportaciones de la cultura francesa al mundo, en particular a la política, provino precisamente de este periodista y ensayista que fue capaz de deslindarse de los estereotipos y prejuicios que asfixiaron el debate político de su tiempo. Lo reconoce "por su independencia moral, su habilidad para percibir cuando la teoría deja de expresar la vida y comienza a traicionarla, (por) su coraje para enfrentarse a las modas intelectuales y su defensa de la libertad en todos los terrenos donde es amenazada y desnaturalizada." Su ensayo "La tentación totalitaria", publicado en 1976, fue duramente criticado por la izquierda porque en él señaló que "el principal obstáculo para el triunfo del socialismo en el planeta no era el capitalismo sino el comunismo"

Muchos más aspectos, tanto literarios como políticos, pueden destacarse de esta magnífica colección de ensayos enfocados a la aportación de los autores franceses al mundo, pero creo que con lo escrito basta para motivar su lectura. "Un bárbaro en Paris" es ampliamente recomendable, especialmente para todas las mentes abiertas que, aunque discrepen, de las posiciones del autor, lo van a apreciar y disfrutar.