Wonka: Un sueño muy dulce

Por Thalía Ballesteros

Hace apenas unos días, me embarqué en la emocionante experiencia de acudir al cine para disfrutar de una de mis películas favoritas. Después de todo, ¿quién no ha fantaseado alguna vez con sumergirse en un río de chocolate? "Wonka", la cual ya cuenta con dos predecesoras cinematográficas exitosas, llega de la mano de Timothée Chalamet. A pesar de que para muchos no fue considerado una elección ideal para el papel principal, en mi opinión, ha logrado encarnar a un encantador Willy y ofrecer una película tierna, perfecta para estas fechas llenas de emotividad.

Aunque se basa en la célebre novela infantil de Roald Dahl, este filme no sigue la línea de sus predecesoras, "Willy Wonka y la Fábrica de Chocolates" y "Charlie y la Fábrica de Chocolate". En su lugar, decide explorar el origen del excéntrico dueño de la famosa fábrica de chocolate, Willy Wonka.

La sinopsis de esta nueva adaptación nos presenta a un joven Willy Wonka con la ambición de compartir su amor por el chocolate con el mundo. Sin embargo, antes de lograrlo, deberá enfrentarse a una competencia que no está dispuesta a darle oportunidad. A través de su ingenio e imaginación, Wonka va conquistando gradualmente el mundo de la chocolatería. Esta historia de origen nos muestra a un Willy Wonka más alegre y amable, aún no posee las tendencias villanas que vimos en sus versiones anteriores. Además, presenciamos el primer encuentro de Wonka con un Oompa-Loompa, interpretado por el talentoso Hugh Grant.

"Wonka" se manifiesta como un auténtico musical desde su primera escena, una característica que perdura a lo largo de toda la trama. Aunque es verdad que la fuerza de las canciones disminuye a medida que avanza la historia, estas permanecen constantes para destacar la energía única de la película, que adopta un enfoque libre de cinismo, incluso en sus momentos más dramáticos.

En comparación con las entregas anteriores, esta película nos sumerge aún más en la magia, presentándonos a un Wonka más excéntrico y noble, aunque algo ingenuo debido a su juventud. En este filme, lo vemos persiguiendo sus sueños infantiles, enfrentándose a adversidades con el respaldo de personajes secundarios, quienes son individuos buenos atrapados en la miseria, con sátiras sobre la justicia corrupta y personas aprovechando la vulnerabilidad de la pobreza.

Desde el punto de vista visual, la película es hermosa y colorida. La sensación de cremosidad y suavidad de los chocolates se percibe con intensidad en pantalla grande. 

Recomendaría "Wonka" a aquellos que buscan una distracción, una experiencia fantástica que brinde alegría. La película no pretende ofrecer más que eso: un desarrollo entretenido, giros inesperados y un final que deja un agradable sabor de boca. Sin embargo, advierto que salir del cine con un antojo desbordante de chocolates es inevitable. Para aquellos que no son aficionados a los musicales ni a la fantasía dirigida a todas las edades, la película podría resultar un tanto agotadora.

En resumen, "Wonka" es una fantasía chocolatosa, dulcemente empalagosa y perfectamente familiar. Representa una propuesta encantadora para estos tiempos de convivencia, y por ello, le doy 4 Thalíestrellas.

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